Unidad familiar
Si hay varios miembros en la familia es muy
importante que todos tengan y mantengan unas mismas reglas con el perro: cuándo
cóme; cuánto; cuándo salimos de paseo;
cómo; qué puede y qué no puede hacer… si
no, el perro hará un comportamiento distinto con cada miembro de la familia, y
de alguna forma intentará forzar para hacer con todos lo que más le interesa.
La importancia del paseo
Es clave. Un perro encerrado en casa es una bomba de relojería. El perro es
perro en el paseo. Y además se fortifica el vínculo con el dueño. No es
aconsejable: es una necesidad. A ser posible,
cada paseo debe durar al menos 30 minutos cada vez. Variando rutas.
Conociendo mundo. Oliendo y socializándose.
El ejercicio de “busca”
Fomenta el uso del olfato. Enseñar
al perro a buscar y que eso forme parte del paseo, en un parón en el parque,
por ejemplo, es una gran idea. Si se le acostumbra a hacer uso del olfato, se
le da al perro una estimulación mental importantísima. Es tanto o más
importante que el ejercicio físico.
Mejor
caricias y comida que palabras
A la hora de premiar y reforzar al perro está
demostrado que las caricias y la comida tienen un valor más fuerte para él que
el mero reconocimiento verbal. Luego cada perro será cada perro, pero en líneas
generales son dos buenos recursos que toca a cada uno de los dueños descubrir y
saber ejercitar en el momento, en la forma y en la medida oportuna.
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