Sabemos que
al perro se le pueden enseñar comandos verbales para que haga algo que
deseamos. Pero ¿te has planteado la posibilidad de probar nuevas formas de
comunicación? Me refiero a la comunicación con gestos o a la comunicación con
pitidos. Para la comunicación con gestos no necesitamos ningún instrumento, sólo nuestro cuerpo y nuestras manos. Para la comunicación con pitidos necesitamos un silbato (los de caza están bien)
¿Y qué
ventajas nos pueden reportar estas otras formas de comunicación? Pues en lo
básico ninguna, claro está. Consigues que tu perro haga lo deseado, bien
dándole un comando con la voz, bien haciendo un gesto, bien con un pitido.
La diferencia la encontramos en que puede sernos útil cuando el perro
está lejos. Si acostumbramos al perro a esta forma de comunicación,
conseguiremos que esté más pendiente de nosotros, que se refuerce el vínculo y
la dependencia, y evitaremos tener que acercarnos al perro cada vez que
queramos algo o dar el número a base de gritos en el parque.
Es un nuevo reto
que nos planteamos y te planteamos.
Útil también cuando tenemos la voz rota. Y sin olvidar que
así damos un mensaje más claro al perro. Usando la voz es más fácil
desvirtuar el mensaje ya que con la voz entra en juego la entonación, el volumen, el ánimo que transmitimos, etc.
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