viernes, 6 de abril de 2012

El Cachorro y el Perro Joven. Acerca del crecimiento.



Traducción del articulo “The puppy and the young dog – About growing up” de Turid Rugaas, 
por Nicolás Planterose

Cuando los perros crían a sus cachorros, estos se convierten en perros perfectos. Cuando
los lobos crían a sus lobeznos, estos se convierten en lobos perfectos, preparados para la
vida, para subsistir. Cuando los humanos crían cachorros, estos suelen tener 
problemas cuando son adultos, ¿Por qué?

Primero, los humanos no dejamos a nuestros cachorros recibir las enseñanzas naturales 
como ellos las preferirían y deberían recibirlas tal y como lo hacen de otros perros.
En segundo lugar, esperamos que nuestro perro acepte y respete nuestras normas
 “humanas”, las cuales suelen carecer de significado para ellos. Por último, fallamos en 
no tener en cuenta la edad del perro, sus etapas de desarrollo y su capacidad. El resultado
 es que los perros fracasan en su intento de acometer nuestras excesivas demandas.

Los cachorros que crecen rodeados de seres de su misma especie, gradualmente aprenden
obtener el auto-control que necesitaran como adultos. ¡Y lo aprenden muy bien! Cuando se
conviertan en adultos habrán obtenido todo el auto-control necesario para subsistir. 
Necesitamos empezar a criar cachorros de modo similar al que serían criados de forma
natural, es decir, por perros desde su infancia hasta que son adultos.


La licencia de cachorro
El primer y mayor error que cometemos como propietarios de un cachorro, es crearnos
expectativas establecer obligaciones demasiado exigentes, lo que hace que no existan 
muchas probabilidades de que el cachorro pueda acometerlas con éxito. En la Naturaleza
o cuando los perros tienen la posibilidad de crecer naturalmente como parte de una manada, 
aprenden a auto controlarse muy gradualmente. De hecho, hasta la edad de 16 a 20 semanas 
de vida poseen la llamada “Licencia de cachorro”, se llama así porque durante estos meses 
parecen tener permiso para experimentar una gran cantidad de comportamientos sin ser 
controlados y corregidos por los perros adultos. Pareciera como si llevaran una credencial 
colgada y ante cualquier conflicto la mostraran diciendo “na, na, na, no puedes hacerme nada, 
¡tengo licencia de cachorro!”. Frecuentemente vemos como cachorros de pocas semanas 
sacan ventaja de esta licencia molestando a adultos que descansan a su alrededor, 
subiéndose encima, mordisqueando sus orejas, con sus ojillos llenos de brillo ytravesura. 
Los perros adultos les permiten arremeter contra ellos con increíble paciencia durante este
período.

Hacia las 16 a 20 semanas de edad, la licencia se encuentra a punto de expirar. Ahora, los 
cachorros necesitan empezar gradualmente a aprender controlarse mejor y a comportarse 
más educadamente. Continuarán siendo perdonados por sus frecuentes equivocaciones 
y errores –después de todo, no son adultos aún-. Esa etapa llegará naturalmente con tiempo 
y experiencia.

Puede resultar confuso el hecho de que un cachorro pueda pasar de un estado de desarrollo
a otro en unos pocos días, pero es necesario tener en cuenta que los perros pasan de su
infancia a ser adultos en menos de 2 años. En comparación, los humanos necesitamos 
20 años antes de poder llamarnos adultos -muchos necesitan aun más tiempo.


El perro joven
Una vez que el período de cachorro culmina, alrededor de los 4 meses y medio de edad, 
empieza otro no menos importante, la adolescencia. Esta se compone de varias etapas
y termina hacia lo 2 años. A veces dura más tiempo, a veces menos. Los perros jóvenes 
son como los humanos jóvenes:
Les gusta la acción y la velocidad.
Se aburren rápidamente cuando “no pasa nada”.
No saben controlarse del todo.
No pueden controlarse cuando algo excitante ocurre. Como los niños cuando ven un 
camión de bomberos o como los perros cuando huelen un conejo.
Su capacidad de concentración por largos períodos de tiempo es realmente pobre.
Así como los niños “se olvidan” de regresar directamente a casa después de la escuela,
ellos olvidan que les has pedido que hagan hace diez segundos.
Encuentran aburrido el aprendizaje si este dura demasiado o no es atractivo. Los perros
jóvenes necesitan entrenamiento, pero en cortas y divertidas sesiones para que puedan 
mantener su atención y no cansarse de hacerlo. Sus necesidades de actividad pueden
ser cubiertas con cortas y fáciles sesiones de entrenamiento en un campo de agility, 
entrenando la llamada, tomando paseos por la montaña, estando con otros perros
y jugando sin correa con ellos, y muchas más.
Necesitan aprender gradualmente autocontrol, pero a poco tiempo por vez. Esa es la razón
por la que hacemos las cosas paso a paso, para lograr que un perro se mantenga mucho
tiempo sentado y quieto empezaremos por lograr y premiar que lo haga por 2 segundos, 
luego por 5, 10, etc.
Sé considerado cuando tu perro esté perdiendo concentración, permite que se tome un
descanso, que se distraiga por un rato, para poder luego recuperar su atención y continuar
el entrenamiento.
Permite al perro adolescente que salude y juegue con otros perros. ¡Importante!
Evita las sesiones de entrenamiento largas, repitiendo siempre el mismo ejercicio
una y otra vez, castigos y todo lo que haga que se agote y se harte de entrenar.
La socialización con personas y otros animales es importante. Enseña a tu perro a sentirse
seguro en todo tipo de situaciones y en todo tipo de ambientes.
Practica actividades divertidas como rastreo, búsqueda, cobros, trucos, etc.

Debemos tener en cuenta que los perros son seres sociales que necesitan aprender sobre 
comunicación, comportamiento, educación y autocontrol. De otra manera su vida como 
miembro de una manada sería insoportable. Y ellos aprenden, poco a poco, como los seres
humanos durante la infancia y la adolescencia. ¿Quién ha visto alguna vez a un niño 
de 4 o 6 años con auto-control? 
Cuando un “cuatroañero” se vuelve histérico, no hay manera de hacerle entrar en razón.
Lo mismo con uno de 6 años. Tratar de enseñarle algo en pleno ataque de histeria es
desesperante. Necesitamos esperar que se calmen para lograr que nos escuchen y 
conseguir enseñarles algo.

Cuando un propietario va a clase con un perro joven (un “niño de 6 años”), éste rápidamente
entrará en estado de excitación –debido a nuevos perros, nuevo sitio, nuevas situaciones, etc.
- Al mismo tiempo, las clases requieren que el perro y el propietario sigan un estricto
programa de ejercicios, y además, la duración del programa es demasiado larga para un
perro joven. No me sorprende que nuestro “seisañero” se vuelva agitado e incluso histérico.
Muchos (realmente muchos) propietarios abandonan estas clases y cursos porque sus perros
son “impulsivos”, “muy nerviosos” o “cabezasduras”. He conocido muchos propietarios en
esta situación. Sus perros no están “locos” como ellos me cuentan, la explicación es que
sus niveles de estrés están al máximo y los de auto-control al mínimo. ¡Naturalmente!
Porque no han aprendido como lidiar con este tipo de situaciones anteriormente. ¡Están 
condenados a fracasar!

El uso de violencia o fuerza para conseguir que nuestro perro nos preste atención en ninguna 
situación nos reportará nada bueno. Por el contrario, si nuestro perro no se encontraba ya 
en un estado de histeria, lo estará si lo forzamos o amenazamos. NO es nuestra misión poner
el listón de demandas demasiado alto, esto no ayuda. Si nuestro joven perro no puede con
una situación, quiere decir simplemente que no esta capacitado para hacerlo. Nosotros 
podemos prevenir todos estos problemas aprendiendo a observar el estado emocional de 
nuestro perro, aprendiendo a ver cuando la temperatura empieza a subir y dejar de hacer
lo que estemos haciendo antes que el perro alcance un nivel de estrés y excitación en el que
ya no le sea posible comunicarse y aprender.


Intervención temprana
La “intervención temprana” es la clave. El tipo de intervención puede ser:

- Parar con el entrenamiento.
- Actuar de forma menos amenazante.
- Permitir al perro cambiar de posición, por ejemplo de la posición de echado o en pie, 
a una posición más neutra como la de sentado.
- Mantener la correa floja. Es necesario que la correa este colgando (o tocando el suelo), 
de otra manera el perro sentirá la presión de la misma. Recuerda que una correa tirante 
es el camino más rápido para incrementar los niveles de agresividad.
- No te enfades con tu perro. Mantén la calma y contrólate. ¿Cómo va a aprender tu perro 
auto-control si tú no predicas con el ejemplo?


Cuando el perro empieza a “abrir las puertas”
El perro joven se encuentra en una fase de transición, y hay una infinidad de cosas que
“necesitan” ser exploradas y probadas. Permite a tu perro que explore. Permítele que pruebe 
y sienta el “sabor de la vida” y que investigue de que se trata cada cosa. Es completamente
inofensivo. Necesitamos establecer limites, si, pero asegúrate que estos no lo conviertan en
un prisionero sin libertad para estar activo y descubrir las cosas por sí mismo. Puede que
pronto se vuelva un poco difícil, testarudo e irritable, 
esto no es porque esté planeando tomar el liderazgo y convertirse en el perro alfa, pero sí
para probar y averiguar como funcionan las cosas. Un perro joven no quiere tomar el poder, 
ni siquiera piensa en ello. Pero necesita investigar para ver el tipo de reacciones que obtendrá 
si lo llega a pensar más adelante. ¡No sobrereacciones! Dar la espalda a tu perro e ignorarlo 
será suficiente, y le dirá mucho más que mil palabras. Dar la espalda e ignorar al adolescente
es exactamente lo que un perro adulto haría.

Bajo ninguna circunstancia deberías forzar físicamente al tu perro – evita este 
tipo de actitudes desagradables como cogerlo de la parte de atrás del cuello y sacudirlo, 
agarrarlo de los belfos/mejillas mientras lo miras fijamente o cualquier otro método cruel 
y amenazante de castigo. Fíjate como lo hacen los perros adultos equilibrados y 
seguros de sí mismos y simplemente copia lo que ves. Ellos le hacen saber al perro 
adolescente sin brutalidad cuando su comportamiento está fuera de lugar
– sólo se giran, le dan la espalda y se alejan caminando. A lo sumo bostezan, 
pero no más que eso.

¿Tu perro esta gruñendo? ¡Fantástico! Eso quiere decir que no siente miedo ni se ha vuelto 
pasivo y que mantiene con naturalidad sus formas de comunicación. El gruñido no es peligroso,
es simplemente una manera de hacer saber a los demás que algo le incomoda.

Cuando está gruñendo/ enseñando los dientes.
1. ¿Ha sido algo que has hecho lo que ha provocado al perro? Si es así, deja de hacerlo. Las 
provocaciones pueden ser, por mencionar algunas; Sacudir la correa, quitarle la comida, 
molestarlo cuando duerme o descansa, darle ordenes con voz dura, pedirle demasiadas cosas, 
mantener al perro atado con la correa tensa, hacerlo rabiar con juegos no divertidos para él, 
inclinarse sobre él o caminar recto hacia un perro que está atado con una correa.

2. ¿Estaba el perro asustado por algo? Entonces evita que sienta miedo de nuevo, de otra 
manera su reacción de defensa se volverá más fuerte cada vez.

3. ¿Está simplemente chequeando tu reacción? ¡Dale la espalda! Dejará de hacerlo 
inmediatamente.
En una situación como esta, al menos uno de los dos necesita estar tranquilo y frío. 
Además, es un hecho que muchos de los conflictos entre perros y propietarios son el 
resultado de tratar de dominar
al perro, y no al revés. Usar la señal “sienta” es psicológicamente correcto cuando ocurre una 
situación de conflicto. Es una posición neutral – es una demanda de cooperación mas que de
sumisión. Y sentarse será algo que podrá hacer con más naturalidad que cualquier otra cosa,
incluso para un perro agitado.

Para aprender auto-control el perro joven necesita atravesar un proceso de aprendizaje. 
Nosotros podemos ayudarlo siguiendo una serie de pautas:

1. El perro no sabe de qué opciones dispone. Necesitamos enseñarle que puede elegir entre 
sentarse tranquilo en vez de saltar, correr por todos lados o tirar de la correa. Debido a esta 
situación, el nivel de adrenalina en el cuerpo es muy alto y hace que el perro se sienta inquieto
al mismo tiempo que no sabe qué hacer al respecto. Nosotros podemos mostrarle una manera
y ayudarlo a aprender a auto controlarse.

2. Muévete despacio. Realiza movimientos calmados y pausados. Habla despacio y casi
susurrando.
Tu expresión corporal y verbal convencerán al perro.

3. No mezcles el autocontrol con presión física. El autocontrol es voluntario, mientras que lo otro
no lo es. Evita empuja, forzar, tirar o coger a tu perro. Mantén la correa floja, la reacción a 
cualquier castigo sólo incrementará los niveles de estrés.

4. Practica el autocontrol en todas las situaciones. Al principio practica en áreas libres de
distracciones, en sesiones cortas. No mantengas al perro sentado mucho tiempo al principio, 
sus músculos se cansarán y le dolerán.
Podemos contar con otras ayudas también, como las señales de calma y los 
premios por un comportamiento deseado, sólo por mencionar algunas. 
Un día, vas a tener un perro adulto que sabe cómo comportarse, que tiene autocontrol 
y que desea cooperar. Ese día llegara si crías a tu cachorro con demandas que aumenten 
gradualmente para que pueda lidiar con ellas. 
Sé considerado, tu perro necesita tiempo para crecer tal y como tú.

Agradecimiento: a Nicolás Plantarose (http://elperroindigo.blogspot.com.es/), por permitirme 
publicar el artículo de Turid Rugaas "The puppy and the young dog -About growing up", 
traducido por él y publicado en su blog

1 comentario:

kitefuntarifa dijo...

Muy buen post, tomaré nota.

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