domingo, 23 de septiembre de 2012

Overtraining: el síndrome del sobre-adiestramiento



En los círculos relacionados con el adiestramiento se habla con frecuencia del "overtraining" (y estas semanas pasadas también se ha mencionado en relación con los JJ.OO.), que hemos traducido como "sobre-adiestramiento" pero lo cierto es que no siempre se le presta demasiada atención. Incluso existe la creencia de que si se emplean métodos amigables (ya sabes el llamado "adiestramiento en positivo") no existe riesgo de sobre-adiestramiento. Pero es una creencia errónea, el overtraining y los problemas que lleva asociados se puede dar independientemente de la metodología que se utilice.

Definiendo el sobreadiestramiento

Fácil: El sobre-adiestramiento no es ni mas ni menos que el adiestramiento durante demasiado tiempo, con excesiva frecuencia o ambas cosas (aunque tiene puntos en común, no confundir con una exigencia mal planteada).  ¿Y cuánto es "demasiado tiempo" o "con demasiada frecuencia"? Pues ahí está el problema, porque no existen parámetros que se puedan medir de forma universal para todos los perros, dependerá de cada individuo y, ahora sí, del nivel de exigencia.
La curva de los tiempos de concentración del perro es diferente -más breve- a la del hombre (al menos eso dice la teoría), hay que aprovechar los minutos en los que se incrementa y permanece en meseta, continuar cuando está bajando no tiene sentido. En perros inexpertos es muy raro que este momento óptimo de aprendizaje medido en tiempo supere los cinco minutos. Todo lo añadido será overtraining, errores y estrés. Una definición sencilla sería: el overtraining se produce en todo aquel ejercicio (en este caso adiestramiento) que por su intensidad (en la intensidad incluiríamos el nivel de exigencia) o frecuencia excede a la capacidad de recuperación del organismo (física y/o emocional)

A vueltas con el estrés...

Recuperación física y emocional... Sabemos que el estrés se acumula, y que el organismo lo descarga de forma paulatina. Por este motivo la excesiva frecuencia (si es que la intensidad del adiestramiento es suficiente como para generar estrés) puede llevar a que el estrés se acumule sesión tras sesión (frecuencia, intensidad... o ambas), llevando al perro a la excitación, la ansiedad, y -por cierto- a no aprender lo que deseamos. Así, si una sesión de adiestramiento es poco compleja y el perro "acierta" con facilidad, se puede prolongar más en el tiempo que si se trata de otro adiestramiento que le exige mucho más. Como ejemplo, el moldeado libre es especialmente estresante para los perros, y por mucho "adiestramiento en positivo" que nos vendan, resulta muy estresante para los perros poco habituados (a medida que se practica, los perros se convierten en auténticos especialistas en moldeado, pero en las primeras sesiones no), y no debería superar unos pocos minutos de duración. En el otro extremo encontramos las acciones sencillas en las que el perro se encuentra más o menos cómodo: enseñar a un cachorro a dar sus primeros paseos con correa se puede hacer en sesiones de media hora o más sin problemas (no le exigimos concentración, al contrario, está paseando, oliendo, viendo gente, otros perros...).
El overtraining y los problemas que lleva asociados se puede dar independientemente de la metodología que se utilice

¿Enseñas para acertar, o no?

Curioso comportamiento el de los humanos... Estamos enseñando a nuestro perro cualquier cosa, no importa si es a tumbarse en su sitio con un sencillo target, o un adiestramiento avanzado de OCI. Comenzamos, si lo hacemos bien el perro comienza a "acertar" con lo que queremos. Bien todo va perfecto, la sesión está siendo un éxito así que vamos a efectuar unas pocas repeticiones para intentar fijar los conceptos en su cabecita. Media docena de repeticiones, después unas pocas más, que todo va muy bien ¡y de repente el perro falla! Cabreo monumental, frustración y fin de la sesión "¡con lo bien que iba! ". Acabamos de echar a perder una sesión que podía haber sido perfecta: hemos sobre-adiestrado, enseñando a nuestro perro a fallar. Pero si hubiéramos parado cinco minutos antes, cuando el perro realizaba las acciones a la perfección (o casi, no importa) le habríamos enseñado a aprender acertando.

Los mecanismos auto-reforzantes

Pero también hay otro factor muy importante, y que puede inducir a error si no se conoce: Si estamos realizando un adiestramiento natural, que satisface al perro por el mero hecho de hacerlo, las duración de las sesiones y su intensidad se pueden incrementar, aunque siempre vigilando los niveles de estrés. Sería el caso del adiestramiento en detección, búsqueda o rescate... que son actividades naturales para el perro y enormemente auto-reforzantes. El caso más evidente es el de los perros de caza, que ya desde cachorros pueden ventear o cobrar horas y horas sin agotarse mentalmente, simplemente porque es natural para ellos, el hombre sólo añade unas pequeñas reglas al juego. Cuando un perro aprende a trabajar por la mera satisfacción de hacerlo sin depender de refuerzos añadidos, entonces habremos alcanzado la meta.

Moraleja...: Siempre se debe terminar cuando el perro se lo esté pasando bien, que quede en el ambiente la sensación de que el perro todavía puede mejorar lo que está haciendo. Y ante la duda, es mejor quedarse corto que extenderse en el tiempo.Cinco o diez minutos son muchos minutos si lo hacemos bien. ¡Más que suficientes! Después una buena sesión de juego, olores, o mejor aún pasear por el campo que lo incluye todo, y el perro será feliz aprendiendo.

Agradecimiento: a Juan Francisco Calle (www.doogweb.es), por permitirme publicar su artículo


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