En los círculos relacionados con el
adiestramiento se habla con frecuencia del "overtraining" (y estas
semanas pasadas también se ha mencionado en relación con los JJ.OO.), que hemos
traducido como "sobre-adiestramiento" pero lo cierto es que no
siempre se le presta demasiada atención. Incluso existe la creencia de que si
se emplean métodos amigables (ya sabes el llamado "adiestramiento en
positivo") no existe riesgo de sobre-adiestramiento. Pero es una creencia
errónea, el overtraining y los problemas que lleva asociados se puede
dar independientemente de la metodología que se utilice.
Definiendo el sobreadiestramiento
Fácil: El sobre-adiestramiento no es ni mas ni
menos que el adiestramiento durante demasiado tiempo, con
excesiva frecuencia o ambas cosas (aunque tiene puntos en común, no
confundir con una exigencia mal planteada). ¿Y cuánto es "demasiado
tiempo" o "con demasiada frecuencia"? Pues ahí está el problema,
porque no existen parámetros que se puedan medir de forma universal para todos
los perros, dependerá de cada individuo y, ahora sí, del nivel de exigencia.
La curva de los tiempos de
concentración del perro es diferente -más breve- a la del hombre (al menos
eso dice la teoría), hay que aprovechar los minutos en los que se incrementa y
permanece en meseta, continuar cuando está bajando no tiene sentido. En perros
inexpertos es muy raro que este momento óptimo de aprendizaje medido en tiempo
supere los cinco minutos. Todo lo añadido será overtraining, errores y
estrés. Una definición sencilla sería: el overtraining se produce
en todo aquel ejercicio (en este caso adiestramiento) que por su
intensidad (en la intensidad incluiríamos el nivel de exigencia) o frecuencia
excede a la capacidad de recuperación del organismo (física y/o emocional)
A vueltas con el estrés...
Recuperación física y emocional... Sabemos que el
estrés se acumula, y que el organismo lo descarga de forma paulatina. Por este
motivo la excesiva frecuencia (si es que la intensidad del
adiestramiento es suficiente como para generar estrés) puede llevar a que el
estrés se acumule sesión tras sesión (frecuencia, intensidad... o ambas),
llevando al perro a la excitación, la ansiedad, y -por cierto- a no aprender lo
que deseamos. Así, si una sesión de adiestramiento es poco compleja y el perro
"acierta" con facilidad, se puede prolongar más en el tiempo que si
se trata de otro adiestramiento que le exige mucho más. Como ejemplo, el
moldeado libre es especialmente estresante para los perros, y por mucho
"adiestramiento en positivo" que nos vendan, resulta muy estresante
para los perros poco habituados (a medida que se practica, los perros se
convierten en auténticos especialistas en moldeado, pero en las primeras
sesiones no), y no debería superar unos pocos minutos de duración. En el otro
extremo encontramos las acciones sencillas en las que el perro se encuentra más
o menos cómodo: enseñar a un cachorro a dar sus primeros paseos con correa se
puede hacer en sesiones de media hora o más sin problemas (no le exigimos
concentración, al contrario, está paseando, oliendo, viendo gente, otros
perros...).
El overtraining y los problemas que
lleva asociados se puede dar independientemente de la metodología que se
utilice
¿Enseñas para acertar, o no?
Curioso comportamiento el de los humanos...
Estamos enseñando a nuestro perro cualquier cosa, no importa si es a tumbarse
en su sitio con un sencillo target, o un adiestramiento avanzado de OCI.
Comenzamos, si lo hacemos bien el perro comienza a "acertar" con lo
que queremos. Bien todo va perfecto, la sesión está siendo un éxito así que
vamos a efectuar unas pocas repeticiones para intentar fijar los conceptos en
su cabecita. Media docena de repeticiones, después unas pocas más, que todo va
muy bien ¡y de repente el perro falla! Cabreo monumental, frustración y fin de
la sesión "¡con lo bien que iba! ". Acabamos de echar a perder una
sesión que podía haber sido perfecta: hemos sobre-adiestrado, enseñando a
nuestro perro a fallar. Pero si hubiéramos parado cinco minutos antes, cuando
el perro realizaba las acciones a la perfección (o casi, no importa) le
habríamos enseñado a aprender acertando.
Los mecanismos auto-reforzantes
Pero también
hay otro factor muy importante, y que puede inducir a error si no se conoce: Si
estamos realizando un adiestramiento natural, que satisface al perro por
el mero hecho de hacerlo, las duración de las sesiones y su intensidad se
pueden incrementar, aunque siempre vigilando los niveles de estrés. Sería el
caso del adiestramiento en detección, búsqueda o rescate... que son actividades
naturales para el perro y enormemente auto-reforzantes. El caso más evidente es
el de los perros de caza, que ya desde cachorros pueden ventear o cobrar horas
y horas sin agotarse mentalmente, simplemente porque es natural para ellos, el
hombre sólo añade unas pequeñas reglas al juego. Cuando un perro aprende a
trabajar por la mera satisfacción de hacerlo sin depender de refuerzos
añadidos, entonces habremos alcanzado la meta.
Moraleja...: Siempre se debe terminar cuando
el perro se lo esté pasando bien, que quede en el ambiente la sensación de que
el perro todavía puede mejorar lo que está haciendo. Y ante la duda, es mejor
quedarse corto que extenderse en el tiempo.Cinco o diez minutos son muchos
minutos si lo hacemos bien. ¡Más que suficientes! Después una buena sesión de
juego, olores, o mejor aún pasear por el campo que lo incluye todo, y el perro
será feliz aprendiendo.
Agradecimiento: a Juan Francisco Calle (www.doogweb.es), por permitirme publicar su artículo
Agradecimiento: a Juan Francisco Calle (www.doogweb.es), por permitirme publicar su artículo
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